Espacio para el espíritu (1995) es una pieza de granito rosa extraído con métodos tradicionales de unas canteras de la India. Chillida comenzó a trabajar con este granito a finales de la década de 1980, época en la que creó Lo profundo es el aire IV (1987), que fue expuesta en la Bienal de Venecia de 1988. Estas obras de granito poseen una abertura en su parte superior, un cuadrado que permite la penetración de la luz en el interior. Chillida sabía que la piedra, con su impenetrabilidad, se niega a ser transformada. En lugar de buscar una geometría inscrita en la piedra, él buscaba la geometría intrínseca a la materia misma. Para Chillida, la fuerza y poder de la piedra residían en su capacidad de modular y reunir el espacio. Trabajando con granito, el escultor deseaba que la roca misma, al igual que una montaña, ofreciera una experiencia de arquitectura.