El sistema óptico consta de un conjunto de tres prismas unidos según ángulos adecuados, de modo que se consigue que las radiaciones que presentan un ángulo de mínima desviación salgan en dirección perpendicular a la de entrada y puedan ser observadas con el ocular. Con el movimiento del prisma se pueden obtener radiaciones monocromáticas, cuya longitud de onda se puede determinar.