Juan van der Hamen nació en Madrid en el seno de una familia flamenca establecida en la corte cuyo padre pertenecía a la guardia personal del rey. A pesar de su apellido y su ascendencia se le debe considerar pintor español.Aunque cultivó otros géneros pictóricos su fama se debe al bodegón. Considerado como el mejor bodegonista de la segunda década del siglo XVII. Durante este periodo centró su producción en este género debido a la gran demanda que tuvieron sus naturalezas muertas en la corte española, lo que le condujo a organizar un taller que se mantuvo extraordinariamente activo hasta su temprana muerte, cuando contaba tan sólo con 35 años.Los bodegones de Van der Hamen son deudores de los de Sánchez Cotán, que tuvo oportunidad de estudiar directamente a raíz de que en 1619 Felipe III le encargara completar la serie de cinco bodegones de Cotán que había adquirido para decorar la Galería de Mediodía del Palacio de El Pardo. Este encargo le abrió las puertas de Palacio y de la corte pues sus bodegones conectan con los gustos y costumbres sibaritas de los cortesanos. Al fin y al cabo, en un periodo de crisis económica como aquel, de la que es claro ejemplo la picaresca en literatura, quien decoraba sus casas con cuadros de alimentos hacía ostentación de su situación económica.Como podemos ver en este cuadro, a Cotán le debe la sobriedad compositiva, el orden y disposición de los objetos alineados sobre fondos neutros en penumbra, la iluminación que incide lateralmente sobre los elementos, la descripción meticulosa de los detalles y texturas que alcanza el virtuosismo, la utilización con cierta frecuencia de ventanas como elemento de encuadre y el recurso de hacer avanzar los objetos hacia el espectador sobre el borde del soporte, a veces en frágil equilibrio.Sin embargo, Van der Hamen se aleja de Cotán en el tipo de alimentos y objetos representados. En este bodegón, compuesto a base de figuras geométricas simples, la austeridad es aparente, en realidad nos está presentando unos alimentos refinados que únicamente estaban al alcance de las élites sociales.Este tipo de alimentos refleja la moda cortesana de comer dulces y de agasajar con ellos a los invitados. Para conectar aún más con los gustos de esta clientela, su principal fuente de ingresos, ampliará en sus cuadros el repertorio de frutas y sobre todo de dulces, con turrones y frutas escarchadas, que reproduce con gran verismo.Firmado y fechado en 1621 sobre el frente del alfeizar, este bodegón perteneció a la colección de pintura del Palacio Arzobispal de Granada. La llegada de esta obra a la ciudad quizás tenga su explicación en la estrecha vinculación de su hermano Lorenzo, eclesiástico y literato, con la curia granadina.
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