Tras completar los estudios de arquitectura en su Chiba natal, en Japón, Yoshiaki Kojiro perfeccionó sus habilidades artesanales en el Instituto de Arte en Vidrio de Tokio. Su disciplinado enfoque en la fabricación de vidrio se mezclan con su cultura nativa y su tendencia a la investigación.
Como una reflexión sobre la relación entre los materiales y el hombre, este cuenco de vidrio se convierte en un trofeo a la experimentación.
Sobre la mezcla de polvo de vidrio y óxido de cobre, el proceso de cocción crea un juego único entre el vidrio fundido y los gases que emanan del mineral calentado. El resultado es un brillo efímero que crea una debilitada textura en una forma perdurable. Este cuenco de intenso color azul transmite la robustez de una pieza de Cerámica fabricada a partir de la delicadeza del vidrio y se convierte en una apuesta radical, profunda y majestuosa.