Grupo escultórico de Mithras Tauróctono, que representa la figura del dios de origen persa Mithras con el atuendo oriental común, al modo persa: pantalones largos ceñidos en los tobillos, túnica corta o chitón, clámide atada al cuello y gorro frigio. El joven somete al toro sujetándolo por el morro mientras hunde la daga en su cuello y gira la cabeza para mirar al Sol. De la sangre purificadora que brota del toro bebe un perro, junto al que se disponen una serpiente y un alacrán. Estas representaciones zoomorfas tienen carácter simbólico: el toro es el símbolo de la fertilidad; el perro es el fiel amigo de Mithras, que guarda el alma; la serpiente a los pies de Mithras produce las plantas y el alacrán devora sus testículos de los que nacen los animales y las personas. Representa simbólicamente la regeneración del ciclo vital de la naturaleza, la repetición anual del ciclo de la muerte y resurrección. La obra, realizada en bulto redondo, ofrece una perspectiva básicamente frontal. Subsisten escasas representaciones de esta divinidad, por lo que este ejemplar es excepcional, tratándose de la única figura completa y en bulto redondo conocida en la Península Ibérica. Procede de la llamada Villa del Mitreo, en las afueras de la antigua Igabrum (Cabra). Aunque el lugar de su aparición, una fuente, nos lleva a imaginar una función puramente ornamental, la mayoría de los autores coinciden en afirmar que debió de ser usado como elemento de culto en el altar de algún mitreo, donde se celebraban diversos actos relacionados con el culto a este dios, en los que la violencia física jugaba un papel muy destacado, considerándola un medio adecuado para curtir al individuo y estimular su capacidad de resistencia física y moral. Durante el imperio romano el culto a este dios se desarrolló con ritos de carácter esotérico e iniciático, seguidos especialmente por los cuerpos militares. Posteriormente, fue adquiriendo un carácter más popular y se extendió a otras clases sociales. En Hispania este culto se desarrolló desde mediados del siglo II hasta finales del siglo III, pudiendo datarse la pieza entre ambas fechas.
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