La construcción del entonces llamado Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes, se encargó al arquitecto italiano Adamo Boari, quien salió de México en 1916, dejando inconcluso el edificio, no así el telón, que proyectó con un armazón de acero de pared doble, una hacia el público y otra hacia el escenario, previendo la protección al espectador ante cualquier incendio en el foro. La construcción de la estructura y el mecanismo del telón, fue fabricada por dos casas alemanas y transportada a México por barco. El diseño -paisaje de los volcanes.- lo realizó Harry Stoner de la prestigiada casa neoyorkina Louis Comfort Tiffany. Consta de 206 tableros cubiertos con cerca de un millón de teselas opalescentes.
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