Se desconoce con exactitud el milagro que se representa en este lienzo, ya que la literatura sobre la vida del santo no narra ningún fenómeno telúrico.
La escena se desarrolla en un marco urbano propio de una ciudad española de comienzos del siglo XVIII. En primer plano se ve cómo se derrumba parte de un edificio ante el que se está trasladando un retrato de San Francisco de Paula. Todo está cargado de gran dinamismo tanto físico como anímico, lo que se puede apreciar claramente en los personajes.