Ejemplo de los logros alcanzados en Roma durante los últimos momentos del autor, es esta obra de gran verismo en la que un sacerdote administra el viático a un albañil muerto por caída de un andamio, que fue enviada por el artista a la Diputación desde la Ciudad Eterna como agradecimiento a la pensión concedida y que, con las tituladas Sin trabajo y Buscando patria, completaba la trilogía de pinturas de contenido social que le hicieron más famoso.