En 1909, Zàrraga envió dos cuadros a la exposición de Roma, la Alegoría del otoño (hoy en el Museo Nacional de Arte) y La bailarina desnuda, adquirida a la sazón por el Museo de Orán y que hoy engalana la colección Blaisten. El crítico italiano Rodolfo Panichi calificó al segundo cuadro de ?verdaderamente notable por la sobriedad del color y por la entonación general y el vigor del modelado?. Y lo describía así: ?una muchacha cubierta sólo por un negro velo español en la cabeza, se mueve en una terraza con leve paso de danza, manteniendo algo de compuesto y hierático que da a la figura un sentimiento de castidad, a pesar de la desnudez...; casi da la impresión de una grave figura sacerdotal bizantina. La ropa y la mantilla están puestas con armonía de tonos sobre el parapeto de la terraza que se abre al campo; a la derecha, una mujer, de diseño y porte admirables, entre indiferente y enojada, espera sentada, escrutando sin embargo con aire burlón de disfrutadora habituada, el efecto producido sobre el espectador." Y caracterizaba la ejecución de la obra como "voluntariamente fría y castigada." La incorporación, a un paisaje abierto y luminoso, de contrastantes figuras (vestidas y desnudas, jóvenes y ancianas), y el carácter ritual que les confiere, constituyen una marca de las producciones de Zárraga en estos años. Es muy posible que esta pintura esté relacionada con La femme et le pantin, firmada igualmente en 1909 y con la que compartiría una misma fuente de inspiración literaria. Vid. Fausto Ramírez, Arte moderno de México. Colección Andrés Blaisten, México, Universidad Nacional Autonóma de México, 2005.
You are all set!
Your first Culture Weekly will arrive this week.