Hijo de una mujer esclavizada y de un miembro de la elite, el pintor Francisco “Pancho” Fierro no solo dejó un repertorio completo de los tipos y costumbres de Lima. La manera como imaginamos la vida en la capital a inicios de la república es, en gran medida, obra suya. Observemos estas dos acuarelas. Una de ellas muestra a un jinete vestido con un elegante traje campestre. Su caballo lleva en la cabeza unos amancaes, flores que daban nombre a una famosa loma que servía en invierno como lugar de recreo de los limeños.