Esta obra titulada Las tres parcas ilustra a estos tres personajes de la mitología griega llamadas Moiras que después fueron asimiladas en Roma con el nombre de Parcas. Las tres en su conjunto representan las deidades del destino. A los pies de las tres figuras hay una madeja de estambre rojo que representa la vida de un mortal. Es de color rojo porque se relaciona con la sangre, el líquido vital. A la derecha está Cloto o Nona (la hilandera) quien deshace la madeja dando el nacimiento a un ser y le pasa está nueva vida a su hermana Láquesis o Décima (la distribuidira), en el centro del cuadro, quien dirige su curso y decide su longitud, y por último, a la izquierda está la otra hermana, Átropos o Morta (la inflexible) quien corta el hilo y decide la forma de morir de aquel mortal. Son hijas de Zeus y de Temis y hermanas de las Horas (divinidades de las estaciones). Rodríguez Lozano las presenta como tres figuras de anatomía muy pesada, para representar que son de decisiones inamovibles, cuando ellas toman una decisión, nadie, ni siquiera los otros dioses pueden cambiar el destino de un mortal. Están desnudas y erguidas con una actitud de gran seguridad, y si observamos con atención los pies y las piernas de estas tres figuras son desproporcionadamente más grandes que el torso y la cabeza, esto no es casual, se debe a que el artista pone al espectador a la altura del ovillo, creando un efecto de que ellas son enormes a lado de nosotros y debido a nuestro insignificante tamaño las vemos de este modo, de abajo para arriba, convirtiéndolas en monumentales, recordándonos que somos simples mortales en presencia de tres diosas. Renata Blaisten