La Virgen de los Navegantes (también conocida como La Virgen de los Mareantes) preside el Cuarto del Almirante, en el que sitúa la Sala de Audiencias o Capilla del Alcázar de Sevilla.
En la Era de los descubrimientos, los católicos comenzaban a ver en la Virgen María un símbolo de maternidad y de todo lo que era bueno, amable y misericordioso. En la Virgen de los navegantes María está representada cubriendo con su manto a los españoles. Se alza sobre los mares, uniendo continentes, o sobre la bahía, para proteger a los barcos, su carga y la tripulación conforme se embarcan en la peligrosa travesía del Atlántico.