Las piezas de Pip & Pop, conformadas con chucherías de mercados locales donde se exhiben las piezas, dulces, kilos de azúcar mezclada con pigmentos, flores artificiales y distintos objetos eléctricos, crean paralelismos con el despilfarre del mundo actual, la seductora promesa del paraíso material, el espejismo de nociones de abundancia, de los estados de deseo y de dicha que incumple el capitalismo.