El Patio del Cuarto Dorado es conocido también como Patio de la Mezquita, quizá por existir un oratorio yuxtapuesto al Cuarto Dorado por su pared oeste, y como Patio de los Alcaides. Quizá sea esta la razón por la que Mariano Fortuny supuso que en él se reunía el tribunal que juzgaría a quienes fuesen acusadas de abre cometido un delito. El pintor, fascinado por el exotismo de la cultura árabe que conoció de primera mano en sus viajes a Marruecos, desarrolló una serie de cuadros según el gusto orientalista con el que fueron plasmadas leyendas y costumbre narradas por los llamados “viajeros románticos”. El Tribunal de Justicia de la Alhambra es buena prueba de ello. Fortuny debió documentarse muy bien para componer la escena como lo demuestran los detalles que en ella incluye. Los capiteles almohades de las dos columnas del pórtico, únicos de este estilo existentes en la Alhambra, no dejan lugar a dudas sobre el espacio que se representa en el lienzo: el Patio del Cuarto Dorado, que lo recrea incluyendo el balcón volado construido en época de los Reyes Católicos. -que él no pudo ver porque fue eliminado en 1865-, puertas de madera a la entrada del Cuarto Dorado, decoración cerámica tanto en la galería porticada como alrededor de la fuente que hay en el centro. En cambio, la forma en la que la fuente está encastrada en el suelo del patio corresponde a su época ya que la que actualmente puede contemplarse es de 1966.
¿Cuál es el color del agua recogida en la fuente? El de la imaginación de los viajeros románticos que cantaron por todo el mundo su fascinación por la Alhambra. Así pues, nunca mejor que ahora, el color del agua es Alhambra.
Salvador Dalí conoció esta obra en 1962 en New York, quedando fascinado por ella, lo que explica su pertenencia al Museo Gala-Salvador Dalí.