Sopera de forma circular con pie alto. Es de color blanco y está decorada con bandas en azul cobalto y elementos vegetales en oro. Las asas, opuestas, llevan unos adornos en relieve en forma de hojas al igual que el asa de la tapadera. El pie es azul y el borde en oro. La tapadera repite la misma decoración.
Forma parte de la llamada "vajilla de Isabel II", diseño realizado con motivo de la visita de la reina a la fábrica en 1862.
La fábrica de loza de la Cartuja es el único ejemplo aún vivo de la que supuso el movimiento de industrialización de la loza iniciado en el siglo XVIII. Los ejemplos prototípicos de lozas industriales, cuya producción requiere una complejidad técnica elevada, hay que buscarlos en las fábricas reales de porcelanas que nacen al amparo de las dinastías borbónicas en Italia, Alemania, Francia y España.
La producción de estas fábricas estaba concebida para abastecer de piezas de lujo a las distintas coronas pero evolucionaron hasta extender el consumo de las mismas a públicos más amplios para cubrir los déficits de producción. Esta necesidad obligó a introducir enn las manufacturas procedimientos, sobre todo decorativos, que aligeraran la mano de obra y permitieran la fabricación en serie, y a ello obedece el desarrollo de las técnicas de estampación que tanta importancia tuvieron en la loza de la Cartuja.