Una lamparita totalmente iluminada cuelga en el ángulo de una habitación a la altura del techo. A través de un alambre de metal, comienza a bajar hacia la diagonal opuesta a la altura del piso, mientras un instrumentista interpreta una pieza musical frotando bordes de copas de cristal afinadas y disponiendo de todas las notas que éstas llegan a producir. A medida que avanza el recorrido, se va apagando en un fade out.
Pero no sólo se desvanece la luminosidad. En el transcurso de la obra, el músico va dejando de tocar notas y las mismas pasan a resonar en el otro ángulo de la sala donde hay un altavoz. Luego de veinte minutos, la luz de la lamparita se extingue completamente y el público puede escuchar, en completa oscuridad, la superposición de todos los sonidos sostenidos que el instrumentista dejó de emitir.
En Twilight, la música evoluciona hacia el ruido al tiempo que la luz se convierte en oscuridad.
Intérprete: Miguel Rausch