Los Reyes Católicos, con el fin de unificar la circulación monetaria de los reinos de Castilla y Aragón y -a su vez- solucionar la caótica situación que existía con las monedas desde tiempos medievales, dictaron en junio de 1497 la Real Pragmática de Medina del Campo. Se establecía como nueva divisa el ducado o “excelente de la granada”, una moneda de oro de gran calidad que seguía patrones europeos y que circuló en las principales plazas comerciales del viejo continente, siendo ampliamente aceptada en los circuitos financieros de la época. Por esta razón, durante el reinado de Carlos I se siguieron acuñando a nombre de los Reyes Católicos hasta el año 1543 en que se cambia este sistema por el escudo de oro de menor ley y talla.