Luego de muchos años de estadía en Barcelona, a donde había llegado en su adolescencia desde Uruguay, Joaquín Torres García se mudó a París en 1926 y vivió allí hasta 1932. Fueron años fecundos, en los que desarrolló su vocabulario pictórico maduro. En 1929 fundó, junto con el artista y crítico belga Michel Seuphor, el grupo Cercle et Carré, que reunía a artistas abstractos constructivistas enfrentados al surrealismo en auge en la capital francesa en esos años. Torres García rechazaba sin embargo el empleo de un lenguaje puramente abstracto, y buscaba desarrollar su obra a partir de la combinación de formas constructivistas y símbolos pictográficos. "Composition symétrique universelle en blanc et noir" es un ejemplo magistral del análisis sintético de la naturaleza, la vida urbana y las formas característico del artista. La superficie compositiva está dividida en espacios que se relacionan en perfecta armonía, plasmando la noción de totalidad; la estructura monocromática es simétrica y está repleta de símbolos pictográficos y figuras esquemáticas.
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