Obra que forma parte de un conjunto de cuadros mucho más amplio denominados "La Fábrica" o "serie Beceite", y que se caracterizan por representar edificios fabriles que sugieren las famosas colonias-fábricascatalanas del S. XIX. Estos edificios están siempre encalados y sumergidos en la oscuridad de la noche, lo que les da un cierto aire fantasmagórico. Toda la serie está presidida por una austera iconografía: edificios, montañas, bancales, saltos de agua.