Esta vasija decorada con estrías pertenece a un estilo cerámico de élite del noroeste de la península de Yucatán, producido durante el siglo VIII d.C., y conocido entre los especialistas como estilo Chocholá. Fragmentos y ejemplares completos han sido recobrados en lugares como Acanceh, Calcehtok, Chocholá, Dzibilchaltún, Jaina, Maxcanú, Oxkintok, Peto, Sotuta, Ticul, Uxmal e Xcalumkín. Se trata de un estilo de recipientes de cerámica cubiertos por engobes grises, marrones o pardos de muy diferentes tonos, y decorados mediante la técnica del grabado pre-cocción.
Es un jaay o ‘tazón de barro’, cuyas paredes exteriores están hábilmente labradas con estrías. Una cenefa o banda con jeroglíficos se extiende a lo largo del cuello de la vasija; se trata de la llamada fórmula dedicatoria, un texto generalmente dispuesto en una fila horizontal, que contiene información sobre el rito de activación ritual del recipiente, la técnica con la que fue decorado, la forma misma de la vasija, la substancia para la que fue diseñado (usualmente atole o cacao) y el nombre del poseedor o usuario del objeto.