Vid. lo señalado para El niño del cordero).
Bien poca relación formal con esta magnífica muestra de academia guardan otros trabajos coincidentes en el tiempo, como Dos desnudos de mujer (apunte), ca. 1896, y todavía menos los diferentes desnudos que años después realizaría el aún incipiente artista, pero el sólido aprendizaje, en la escuela y en el taller, a que se sometió en estos años de adolescencia y primera juventud fundamentó inmejorablemente, como él mismo recomendaría más tarde, la base de su oficio y su extraordinaria capacidad profesional, que le permitirían desarrollar con absoluta seguridad y solvencia, y con capacidad investigadora admirable, su personal y fructífera carrera artística.