Esta imagen procede de la antigua iglesia de Santa Maria de la Rodona, derribada en 1781, que era de planta circular y estaba situada en una plaza delante de la fachada principal de la Catedral de Vic. La Virgen está representada como una "basilissa" de la corte bizantina con un manto decorado con un borde de pedrería que le cubre la cabeza, encima de la cual debía de llevar la corona. A la figura del Niño, prácticamente perdida, se le añadió en el siglo XIX una cabeza de nueva factura. Es una escultura dotada de gran belleza gracias al canon estilizado de su cuerpo así como a la expresión serena de las facciones de su rostro. El hecho de que el dorso de la escultura sea plano hace suponer que debía de formar parte de un frontal de altar, al igual que la escultura también de madera del Museo de Solsona (MDCS 275), inspirada en el modelo de la famosa Virgen del Claustro del maestro tolosano Gilabert. Como la última consagración de la iglesia de la Rodona fue en 1180, esta fecha podría corresponder al momento de la realización de esta escultura.