Las dos pinturas de jóvenes mujeres de Jean-Baptise Greuze que integran esta Colección componen claramente un pendant: ambas se relacionan por su encuadre y tratamiento pictórico, además por su composición, que las coloca una vuelta hacia la derecha y la otra, hacia la izquierda, estableciendo una suerte de conversación entre sí. Atribuido a Jean-Baptiste Greuze, el par bien puede ser una muestra de retratos historiados; esto es aquellas obras donde los retratados asumen el papel de un personaje mitológico o histórico. En algunos casos, esta fórmula ha sido usada para representar dos personas seguramente relacionadas familiarmente —hermanos, madre e hijo, etc.—, quienes tomarán de los personajes de referencia sus características principales, especialmente aquellas que tienen que ver con sus cualidades en común con éstos. En nuestro caso, el pendant presenta dos mujeres con atuendo campestre que nos permite asumir que se trata de dos pastoras de la Arcadia, tema cuya evocación era corriente en el siglo XVIII europeo.
La anatomía de estas dos figuras ha sido lograda a partir de una construcción que acentúa la volumetría de sus formas, algo que puede verse en otros dibujos del artista.
Como otras figuras femeninas de Greuze, las mujeres de nuestras obras se distinguen por el tratamiento de color en las carnaciones y los ropajes, que se armonizan en tonos que van del rosado al rojo contrastado con amarillos, ocres y blancos que se recortan contra los fondos oscuros. Las carnaciones están logradas con una técnica pictórica que produce una superficie tersa y transparente que se enriquece con los tonos del rubor que cubre las mejillas, el rosado de los labios y las suaves sombras con que se modelan estos dos bustos. Por su lado, el tratamiento de los paños se vale de expresar grandes pliegues que se remarcan con reflejos de brillos como de seda.