Después de indagar por varios años en el concepto de Autoconstrucción, Abraham Cruzvillegas decidió modificar su perspectiva y pensar en la Autodestrucción como una línea de trabajo con la cual generar nuevos problemas y estrategias de producción. Citando sus propias palabras: “para poder ser alguien distinto mañana, tenemos que destruir al que somos hoy; entonces hay una especie de ave fénix que se empata con la idea de la identidad, donde tenemos que destruirnos para ser alguien distinto. Esta idea en la forma, para mí, tiene que ver con la demolición de la arquitectura, la arquitectura como espacio de poder, como el asiento del poder.”[1]
Zah Zuh Zah (Joyful Warm) es una pieza que forma parte de un proyecto que Cruzvillegas realizó en la ciudad de Los Ángeles (California, Estados Unidos), el cual tuvo como resultado la primera serie de esculturas en este ámbito de la Autodestrucción. El proyecto tomaba como punto de partida la historia de Miguel Prado, un familiar del artista que formó parte del movimiento Pachuco y que, en sus viajes como músico, se incorporó a los movimientos contraculturales de los Zoot Suiters en California y los Zazous de París durante los años treinta del siglo pasado.
Según relata el propio Cruzvillegas, poniendo al descubierto la naturaleza matérica y conceptual de la pieza, así como su proceso constructivo: “Vinculé las obras allí con la historia de uno de mis antepasados y toqué algunos episodios particulares de la historia reciente, como la segunda guerra mundial, la música y la moda de algunos grupos culturales específicos de las personas de la época, como los zootsuiters, los pachucos y los zazous. Le pedí a algunos de los colaboradores, como al personal de la galería, que buscaran materiales de demoliciones con varillas corrugadas y otros restos de construcción, así como plumas y ropa de colores y cadenas. Improvisé todas las combinaciones posibles”.[2]
Cada elemento de Zah Zuh Zah (Joyful Warm) alude a distintas realidades del contexto angelino: las varillas, al ámbito de la construcción y la destrucción; las cadenas y las plumas, al movimiento pachuco; la carne seca, a los restaurantes de comida oaxaqueña de esa ciudad. El título de la obra, por su parte, proviene de una canción de 1933 del cantante y músico de jazz Cab Calloway, vinculado al movimiento Zoot Suit.
En conjunto, todos los elementos apuntan a esa segunda “vida” que los objetos y la materia orgánica encuentran en las piezas de Cruzvillegas una vez que han sido desechados o abandonados como parte de su circulación cotidiana. Al mismo tiempo, al rescatar estos movimientos y transformarlos en piezas escultóricas, el artista busca llamar la atención sobre cómo la identidad y la moda pueden converger para convertirse en movimientos de resistencia. Finalmente, que la pieza esté suspendida desde el techo, apunta a una crítica de la idea más convencional de cómo pueden entenderse las posibilidades de la práctica escultórica.
EKA, junio 2020
https://www.contemporaryartdaily.com/2012/11/abraham-cruzvillegas-at-regen-projects/
https://www.artnews.com/art-in-america/interviews/abraham-cruzvillegas-56301/
https://www.youtube.com/watch?v=7-qEZ9zeIJw
David Miranda, “Autodestrucción 2”, en: Jaime soler Frost (ed.), Textos sobre la obra de Abraham Cruzvillegas, México, Secretaría de Cultura, 2016, p. 235-286.
Mark Godfrey, “Abraham Cruzvillegas conversa con Mark Godfrey”, en: Jaime soler Frost (ed.), Textos sobre la obra de Abraham Cruzvillegas, México, Secretaría de Cultura, 2016, p. 448-503.
[1] Citado en David Miranda, “Autodestrucción 2”, en: Jaime soler Frost (ed.), Textos sobre la obra de Abraham Cruzvillegas, México, Secretaría de Cultura, 2016, p. 238.
[2] Citado en Mark Godfrey, “Abraham Cruzvillegas conversa con Mark Godfrey”, en: Jaime soler Frost (ed.), Textos sobre la obra de Abraham Cruzvillegas, México, Secretaría de Cultura, 2016, p. 479.
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