Esta máscara, denominada "gelede", forma parte de los rituales de una sociedad iniciática masculina, celebrados antes de la estación de las lluvias. La máscara representa a una mujer, con un carácter ambivalente positivo/negativo. En lo negativo son brujas y en lo positivo son madres. Los yoruba celebran estas mascaradas con la finalidad de controlar la fuerza femenina y para rendir honores a las madres que guardan los conocimientos de las hierbas medicinales, aseguran la salud, el prestigio y el poder. Los miembros de la sociedad danzan colocándose la máscara sobre la cabeza, a modo de casco, y cubriendo su rostro por un ligero velo que les permita ver sin ser vistos. La máscara se completa con el traje que oculta el cuerpo del bailarín, exagerando con rellenos las nalgas y caderas, para representar el ideal femenino de formas voluminosas. Las mascaradas revelan el papel de los antepasados dedicados a mantener el equilibrio social, la importancia de rendir honores al poder de las mujeres ("gelede") y el deber de los jóvenes de transmitir su herencia cultural.