La familia
Alejandro Obregón Rosés nace en Barcelona el 4 de junio de 1920, hijo del colombiano Pedro Obregón y la catalana Carmen Rosés. A los seis años viaja con sus padres a Barranquilla, a los diez es enviado a estudiar en Inglaterra, a los catorce estudia en Boston y a los dieciséis vuelve a Barranquilla; a los dieciocho se va de conductor al las selvas del Catatumbo.
En 1939 es nombrado Vicecónsul en Barcelona y estará hasta 1944; se casa con Ilva Rash hija del cónsul colombiano en esa ciudad, de este matrimonio nace su hijo Diego. En 1943 expone en Barcelona.
En 1949 y después de renunciar a la dirección de la escuela de Bellas Artes, se casa con Sonia Osorio y viaja al sur de Francia, de esta unión nacen Rodrigo y Silvana.
Aunque su matrimonio con Sonia Osorio no duró muchos años, siempre mantuvieron una gran cercanía a lo largo de toda la vida.
En 1954 conoce a la pintora inglesa Freda Sargent con quien posteriormente se casará en Panamá y de cuya unión nacería su hijo Mateo.
Obra temprana
Obregón es considerado el pionero del arte moderno en Colombia, desde una particular mirada subvierte y congrega varias tendencias del arte de postguerra para darles un contexto específico donde la fauna, la flora, la geografía y la cultura caribe se materializan.
Con esta obra inicia un período de búsqueda donde se mezclan tendencias postcubistas y geometrizantes.
En 1952 es invitado a Alemania para la muestra "Pintores hispanoamericanos" donde participa con esta obra que hoy hace parte del Museo Nacional de Colombia.
El crítico cubano José Gómez Sicre lo invita a exponer en la sede de la OEA en Washington. Esta es una de las obras destacadas que también será premiada en la III Bienal Hispanoamericana de Barcelona.
Los Cóndores empiezan a formar parte de su repertorio plástico, allí se conjugan la fuerza y la naturaleza que son sello de su expresionismo.
El Cóndor, habitante de las cumbres andinas desde la Patagonia hasta California, es un símbolo de la unión de los pueblos americanos.
Colección Bancolombia.
La exuberancia y simbiosis de la flora tropical es la excusa para insertar en el arte colombiano las tendencias del expresionismo abstracto.
Dos poderosos símbolos luchan y se funden en esta obra: el toro español y el cóndor americano; Obregón, hijo de colombiano y española, es heredero de esta mezcla.
Colección Bancolombia.
las pinceladas gestuales, la asombrosa paleta de color convierten un tema clásico del arte como el bodegón, en un manifiesto moderno.
El 1969 le ofrece al P. García-Herreros, para la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, este paisaje sombrío que también llama Colibrí.
La Cueva
Por Barranquilla entraron a Colombia multitud de adelantos científicos y técnicos, a la vez ha sido el lugar de encuentro de diferentes culturas y formas de pensamiento. La Cueva, fundada en 1954, paso de ser un bar de cazadores a lugar de encuentro de artistas, escritores e intelectuales como García Márquez, Cepeda Samudio, Fuenmayor, Cecilia Porras, Grau y Obregón.
Alejandro Obregón y Álvaro Cepeda Samudio en La Cueva, al fondo la obra de Cecilia Porras.
Gabriel García Márquez, Luis Dominguín, Alejandro Obregón y Álvaro Cepeda Samudio.
Cuando su gran amigo Gabo recibió el premio Nobel se reunieron en la casa de Álvaro Mutis en México.
Otro de sus grandes amigos y contertulio era Fernando Gómez Agudelo, fundador de la televisión en Colombia.
El velorio (1956) de ObregónMuseo de Arte Contemporáneo de Bogotá
Arte comprometido
Obregón fue testigo de primera mano de los hechos del 9 de abril de 1948 en Bogotá, de las revueltas estudiantiles contra la dictadura, de las atrocidades de la violencia indiscriminada. Su obra estuvo marcada por el compromiso con la dignidad humana y la preservación de nuestro ecosistema.
Por primera vez se lleva a cabo el Premio Guggenheim en Colombia y es otorgado a Obregón. El velorio del estudiante muerto es símbolo de la resistencia contra la dictadura. Coleccion OAS, Washington.
Premio en el XV Salón de Artistas Colombianos. Es una de las obras fundamentales del siglo XX en Colombia, en él se funden el paisaje y la violencia irracional.Colección Banco de la República.
El Fotógrafo Abdu Eljaiek tuvo el honor de fotografiar al Maestro en su estudio, antes de presentar su obra en el XV Salón Nacional.
El sacerdote Camilo Torres, congregó el descontento nacional en el Frente popular.
Este es un homenaje después de su muerte en un enfrentamiento con una patrulla del ejército.
José Antonio Galán, líder comunero, expresa con su grito el inconformismo, la resistencia y deseo de cambio.
Durante la presidencia de Belisario Betancur (1982-1986) se realizó el proceso de paz con las guerrillas; Obregón descarga aquí toda su furia contra la bestia humana.
Dentro de las obras que numerosos artistas donaron a la Casa de Nariño por invitación de Betancur, está esta pintura de Obregón donde se exalta la victoria y las virtudes de la paz.
En el cementerio de Juan de Acosta, pueblito del Atlántico, está ubicado este mural encargo de Luis Alberto Santo Domingo en honor a su madre Ana Isabel Molina.
El Banco Popular le encarga este fresco donde sintetiza la iconografía y rasgos culturales de Barranquilla.
Para el Colegio Marymount elabora este vitral en la capilla; es de los pocos vitrales que realizó Obregón.
El Banco Ganadero de Barranquilla también cuenta con un mural restaurado recientemente.
En el telón de boca del teatro municipal Amira de la Rosa, Obregón incluyó el mito del hombre caimán y algunos de los personajes del carnaval de Barranquilla.
El Hall de delegados del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York da la bienvenida a sus visitantes con este mural que sintetiza la imponente cordillera de los Andes, su fauna y su flora.
En el salón elíptico del Capitolio Nacional Obregón elabora este mural alusivo a la privilegiada geografía colombiana.
La plazoleta de las comunicaciones de Bogotá, cuenta con esta escultura en bronce que alude a Hermes mensajero de los dioses.
Junto al edificio de Telecom en Barranquilla, se ubica este cóndor que se encuentra en proceso de restauración.
Naturaleza indomable
Durante sus años como conductor de camiones en las selvas del Catatumbo, quedó impresionado con la fuerza indomable de la naturaleza, hecho que marcó su obra como él mismo lo expresó: Abismos de cuatro kilómetros llenos de magia y misterio, ¡Carajo, eso pone a pintar a cualquiera!
Esta es una de sus primeras obras realizada con pinturas acrílicas; por su rápido secado y versatilidad se convertirán en el medio preferido por Obregón.
La inmensa diversidad del trópico fue siempre su fuente de inspiración.
Las tormentas, lo incontrolable ejercía sobre él una gran atracción.
Los dientes filosos de las barracudas y la velocidad de su ataque para devorar otros peces le causó gran fascinación.
El océano, los eclipses y la abundante vida marina le permitió desarrollar su particular expresionismo mágico.
La confluencia de cordilleras, océanos y volcanes submarinos junto la ebullición de la vida, era su constante reflexión.
El legado
Alejandro Obregón ha dejado una impronta indeleble en el arte Colombiano y Latinoamericano. Aborda la realidad de una manera abierta pero no opta por una única interpretación, su mapa visual integra vanguardias europeas, problemáticas sociales americanistas, y denuncias ecológicas que se suceden, trasponen e integran con sus vivencias personales.
José Gómez Sicre y Marta Traba, siguieron y estimularon su producción artística.
Este grupo de artistas sentaron las bases del arte moderno en Colombia.
Desde la escultura abstracta, la pintura y el informalismo, se abrieron campo en la segunda mitad del siglo XX.
Su actividad artistica lo llevó a participar como actor, aquí al lado de Marlon Brando.
Siempre generoso, quiso que su obra formara parte de la colección del naciente Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá.
El ser humano
Alejandro Obregón, fue por sobre todo un ser humano sensible y cercano a sus amigos; sus dotes de cocinero, conversador y parrandero son recordadas en multitud de valiosas anécdotas.
De su amiga Feliza comentaba que en su casa se tomaba el mejor ron.
La cooperativa de artistas Cooperartes le concedió el premio por su trayectoria artística. Alejandro Obregón, Ana Durán, Alfredo Lleras, P. Diego Jaramillo y Santiago Cárdenas.
En muchas ocasiones reiteró su apoyo y cercanía con el Minuto de Dios y el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá.
Autorretratos
A través de sus autorretratos podemos seguir la huella de sus logros plásticos, desde el reto de Cezanne, el claro oscuro, la geometrización y el dominio de su propio estilo.
Autorretrato (1943) de ObregónMuseo de Arte Contemporáneo de Bogotá
Autorretrato (1957) de ObregónMuseo de Arte Contemporáneo de Bogotá
Autorretrato (1986) de ObregónMuseo de Arte Contemporáneo de Bogotá
Autorretrato como Blas de lezo (1990) de ObregónMuseo de Arte Contemporáneo de Bogotá
El Tezo
Al igual que Blas de Lezo, quien defendió heroicamente a Cartagena, Alejandro Obregón libró innumerables batallas para pasar a la historia; los testimonios de sus amigos, colegas, críticos y curadores le rinden un merecido homenaje.
Curaduría, Investigación, selección y textos:
Gustavo A. Ortiz Serrano
Agradecemos a cada una de las personas y entidades que colaboraron con sus testimonios y archivos para llevar a cabo este homenaje al Maestro Alejandro Obregón Rosés en el centenario de su natalicio (1920 -2020).
Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, entidad cultural de la Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO.
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