Una leyenda del cine
En la década de los cuarenta la industria fílmica mexicana vivió un momento singular, atrayendo asistencia masiva del público a las salas de cine. Eran tiempos en los que ciertos géneros y temáticas se tornaron populares y las películas reunieron cuadros interpretativos de primera, conformados por actores que se volvieron íconos.
México en Cannes (1959) de Manuel Gutiérrez ParedesCineteca Nacional de México
El "estrellismo" que imperó entonces, cubría satisfactoriamente las expectativas del público, quien se interesaba también en los pormenores de los actos cotidianos y privados de los actores.
El rostro de María (1960) de Manuel Gutiérrez ParedesCineteca Nacional de México
Una sonorense, que arrancó su carrera al inicio de los años 40, cobró una fuerte notoriedad. "La Doña" se convirtió en ícono e incluso inspiró canciones como María Bonita.
María, Dolores e Ismael (1958) de Manuel Gutiérrez ParedesCineteca Nacional de México
Su belleza llamó la atención en la Ciudad de México, ocupando el papel estelar de El peñón de las ánimas (1942, Miguel Zacarías), su primer película, y de Doña Bárbara (1943, Fernando de Fuentes), donde configuró un personaje dentro y fuera de la pantalla.
María Félix en su casa (1955) de Manuel Gutierrez ParedesCineteca Nacional de México
María Félix aprovechó cada momento en la industria del cine, se relacionó con personajes de la farándula, la cultura y la intelectualidad. Se distinguió por blandir frases ocurrentes y demoledoras.
Salón El Capri (1952) de Manuel Gutiérrez ParedesCineteca Nacional de México
Félix fue parte importante del condimento mediático, sobre todo su vida privada y sus matrimonios con Jorge Negrete y Agustín Lara; al mismo tiempo, creó una aura mítica que superó a otras actrices.
El énfasis de ciertos personajes y la fama la llevaron a ganar tres veces el Ariel como mejor actriz.
Fotografías de la Colección Manuel Gutiérrez de la Cineteca Nacional
Manuel Gutiérrez, fotografía.
Tzutzumatzin Soto, investigación y textos.
Dora Moreno, Rodrigo López y Roberto Ortiz, apoyo en investigación.
Martha González, digitalización de negativos
