La iconografía de la Virgen María, es uno de los temas más recurrentes en la historia del arte, te invitamos a conocer las alegorías y advocaciones de la colección del Santuario.
Las advocaciones marianas, son esas representaciones de la virgen inspiradas en territorios o situaciones particulares, muchos de estos nombres se realizaron por acción popular.
El culto a la Virgen María fue para muchos grupos indígenas una forma de mantener cercanía con sus antiguas deidades sincretizando las creencias. Esto lo vemos también con gran fuerza en las religiosidades africanas presentes en el continente americano.
La Virgen de Chiquinquirá fue una de las advocaciones marianas creadas en Colombia, su autor fue el español Alonso de Narváez radicado en Tunja, la pieza original es del siglo XVI y se encuentra en la ciudad de Tunja.
Esta advocación perteneciente al grupo de las virgenes del Rosario, tiene algunas particularidades, como el uso erróneo de la palma del martirio en San Antonio de Padua.
Debido a la gran popularidad que recogió en los años siguientes a su creación. Esta advocación mariana se convirte en patrona de Colombia en 1829, siendo coronada canónicamente en 1919.
Otra advocación mariana de gran relevancia en Colombia, es la de la Virgen del Carmen, patrona de los carmelitas. Según cuenta la historia de esta advocación, la virgen se le apareció a San Simón Stock en el siglo XIII cerca a Haifa en Palestina.
En el continente americano la devoción a esta advocación mariana es traida por la Orden de los Carmelitas, esta goza de mucha popularidad en varios países suramericanos es patrona de fuerzas armadas y del gremio de los transportistas en Colombia.
El arte mariano a pesar de la importante cantidad de temas y sub temas, no pierde esa conexión con las primeras representaciones de la Virgen María en la época Bizantina.
También muchos de los habitantes de la zona se preocuparían por hacerse de estas piezas para sus hogares, capillas privadas o como donación a las órdenes religiosas.
Con la llegada de la imprenta, la representación de la Virgen crecería más llegando a sectores más populares, que por medio de grabados podían adornar sus casas y/o seguir la devoción hacia la imagen de la madre de Jesús.