El flamenco nació de la alegría pero creció con la rabia, entre la soledad y la fiesta. Hijo de la gracia y de la desesperación, de la burla y de la angustia, de la diversidad y de la mescolanza, de los nómadas y de los sedentarios que cruzaron durante siglos el sur de la Península Ibérica. El flamenco es, fundamentalmente, música, un legado de ritmo que viaja a través del cante, del toque, del baile o de la percusión. Pero también es una actitud ante la vida y un ejercicio individual y colectivo de resistencia.
Se trata, a su vez, de un conjunto de tradiciones que se cultivan hoy en día en numerosos lugares del planeta, pero su origen hay que buscarlo entre los grupos humanos que forman el triángulo geográfico que comprenden las minas de la Unión, en Murcia, las dehesas y hogares de Extremadura o los campos, las marismas y las ciudades de Andalucía toda. Es un arte mestizo en cuyo origen y conservación conviven payos y gitanos, con ecos moriscos, sefarditas, castellanos, indianos o africanos, entre otras muchas resonancias culturales. Para numerosas personas, solas o en compañía de otras, el flamenco constituye su ritmo vital y una de sus principales señas de identidad. Es espectáculo y cultura, pero también vivencia familiar, aprendizaje y costumbre.
Una imagen suele valer más que mil palabras, pero a veces harían falta mil palabras para explicar ciertas imágenes. O más de doscientos años de historia como, aparentemente, cuenta el arte flamenco. A través de esta propuesta de museo, les invitamos a conocer algunos de los documentos que sirvieron para que la humanidad conociera al flamenco y lo aceptara como patrimonio intangible. Se trata del expediente que permitió que el 16 de noviembre de 2010 la Unesco le incluyera en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, durante una sesión intergubernamental celebrada ese día en Nairobi (Kenia).
Fue un proceso largo que la Junta de Andalucía, con el respaldo de la Junta de Extremadura y del gobierno de la Región de Murcia, logró llevar a buen puerto, a través de una activa promoción institucional que comenzó un año antes y abarcó desde el refrendo unánime del Parlamento de Andalucía al Ministerio de Cultura del Gobierno de España. La campaña se denominó “Flamenco Soy” y recorrió toda Andalucía o ciudades como Shangai, París, Madrid y Barcelona, que sirvieron como escenario físico para algunos de los principales eventos de esta campaña que incluyó recitales, conferencias, publicaciones y convocatorias mediáticas de diversa índole.
Pasen y vean, pero no esperen encontrar una historia enciclopédica de este arte, sino algunos de los contenidos -fotografías, audiovisuales o textos- que lograron convencer a la UNESCO de que el flamenco es un patrimonio vivo, inmaterial como su espíritu y tan humano como sus protagonistas.
¿Qué es el flamenco?
What is flamenco?
Qu'est-ce que le flamenco?"
"Si quiere acompañar la visita a la exposición con la música del guitarrista Juan Diego, pulse en el reproductor"
¿QUÉ ES EL FLAMENCO?
El flamenco es música y así puede escribirse en los pentagramas del papel o en los del aire. También responde a un cuerpo de costumbres, a un modo de ser o de comportarse, en el que mucho tuvieron que ver los gitanos pero también cierta herencia grecorromana o las de otros pueblos y grupos sociales, víctimas de una larga represión oficial en un país que se negaba a dejar de ser diverso: ¿por qué el flamenco no surgió en otros lugares de Europa, a pesar de que los romaníes recorrieron dicho continente en un largo éxodo iniciado hace 1.500 años desde el norte de La India y de Pakistán? Porque no sólo es fruto de su instinto, sino de otras culturas presentes en la Península, donde incluso después de 1492, tras la caída del reino de Granada, la música arábigo-andaluza quizá conviviera en la clandestinidad de las tribus andarríos con los cantos sefarditas, con los romances castellanos, con la percusión africana de los esclavos y los libertos de Andalucía e incluso con lo que siglos más tarde alguien bautizaría como cantes de ida y vuelta en la enorme avenida marítima de la Carrera de Indias.
Hay algo más. El flamenco es magia: “Todo lo que tiene sonidos negros tiene duende”, le espetó el cantaor Manuel Torre al escritor Federico García Lorca. También es desparpajo y chispa. Hambre y éxito. Costumbre íntima y espectáculo público. Industria y memoria. Su universo abarca desde el luto de la toná a la gracia de unas escobillas y el punteado de las guitarras. También cuentan los gestos, las miradas y un simple quejío que nazca de las entrañas de la tierra o de un ser humano.
Flamenco improvisado en una plaza de Jerez de la Frontera
El Sacromonte de Granada es uno de los epicentros de la jondura
Reunión gitana a los pies de la Torre del Espantaperros, en Badajoz
El flamenco en la vida cotidiana
Flamenco in every day life
Le flamenco dans la vie quotidienne
Típicas Zambombas de Navidad en Jerez de la Frontera
Dos jovenes bailando en el gran día de los Verdiales en los montes de Málaga
Celebración de la Romería de los Remedios de Fregenal, en Badajoz
Las peñas flamencas juegan un importante papel en la conservación y difusión de este arte
El verano es una época en la que se organizan numerosos festivales flamencos
El Centro Andaluz de Documentación del Flamenco de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, lleva más de 20 años siendo el mayor centro de documentación que sobre este arte existe en el mundo.
Los niños. El futuro del flamenco
Children. The future of flamenco
Les enfants. L'avenir du flamenco
Un grupo de niños bailando en la Romería de San Cecilio de Granada
Espectáculo didáctico para niños "Flamenquita", coproducido por el Instituto Andaluz del Flamenco
Los niños juegan un papel fundamental en la trasmisión y conservación del flamenco
EL CANTE
No hay ningún registro sonoro que permita aventurar si el cante surgió de la soledad de un fragüero que forjara sobre el yunque alcayatas gitanas o de la alegría colectiva de un despesque. Sólo sabemos que del cuarto de los cabales y de las reuniones familiares, pasó a los cafés cantantes y al teatro, a lo largo del siglo XIX. Sus estilos han ido creciendo con el paso del tiempo, como fruto del mestizaje con otros cantos populares. Desde los cantes flamencos primitivos y básicos, donde hoy reinan las siguiriyas, las soleares, los tangos, las bulerías y las cantiñas, a los que derivaron del rico pluralismo del fandango, en una geografía que va desde Huelva a Málaga y alcanza hasta el levante penínsular con el universo de los cantes de las minas. Hasta concluir, según José Blas Vega y otros investigadores, con los palos que provienen de otros mundos musicales, desde el propio folklore andaluz, a las saetas, campanilleros, bamberas, pregones; las seguidillas castellano-manchegas que forjaron las sevillanas o, por otra parte, ciertas melodías ultramarinas como guajiras, milongas, colombianas y rumbas. Por no hablar también de cantes de autor, como la canastera, la galera o la ferreña.
El cante flamenco
The flamenco song
Le chant flamenco
Camarón de la Isla
José Mercé
Carmen Linares y Juan Carlos Romero
Arcángel y Miguel Ángel Cortés
El Cabrero
Enrique Morente
EL TOQUE
La guitarra flamenca nació de la castellana y la morisca. Y estas, a su vez, provenían de la cítara mediterránea, del plectro árabe o de la vihuela de mano. Terminó heredando la cejilla clásica pero su madera es distinta y percusiva: de ciprés, de palosanto o de caviuna, lo que le imprime un sonido diferente. El toque morisco cuerda a cuerda, del que pudo surgir el punteado, se suma en ella al rasgueado castellano, a sus trémolos y falsetas, heredados o propios. La guitarra flamenca es el piano de los pobres, modal, como sostienen Manolo Sanlúcar y otros maestros contemporáneos, a partir de su cadencia descendente en la, sol, fa, mi, que caracteriza al modo frigio y que apasionó a los clásicos. En el flamenco, la guitarra asomó por las barberías y la esgrimieron cantaores como El Planeta o como Camarón. A pesar de maestros formidables como Javier Molina, Ramón Montoya, Niño Ricardo o Sabicas, durante mucho tiempo, los guitarristas fueron considerados como los escuderos del cante, hasta que Paco de Lucía logró convertir dicho instrumento en la locomotora de las mayores innovaciones de este arte, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Fueron los guitarristas flamencos quienes iniciaron con mayor gloria que pena la aproximación a otras culturas musicales como el jazz, la música clásica, el rock o la música étnica.
La guitarra flamenca
The flamenco guitar
Flamenco: La guitare
Paco de Lucía
Manolo Sanlúcar
Manolo Franco y Niño de Pura
EL BAILE
Andalucía no sólo enviaba emperadores a Roma, sino también bailarinas: las puellae gaditanae que citara Marcial. Sus crótalos antiguos quizá dieran paso a las actuales castañuelas, pero el baile creció en Andalucía al pairo de la fiesta y entremezclado con el de otras tierras, desde el bolero a la zarabanda. En la fijación de las formas flamencas interviene de una forma decisiva la llamada escuela bolera, que se sustancia en el siglo XVIII a partir de la reinterpretación hasta cierto punto académica de antiguos bailes populares como panaderos, zapateados, oles, boleros, seguidillas, fandangos, jaleos de Jerez, malagueñas, el vito o la cachucha. Los cafés y los salones contribuirían al nacimiento de bailes que se basaron inicialmente en el zapateado y, luego, a partir de estilos festeros como el tango y las bulerías, a las que se incorporan en la actualidad variedades tan ricas como los espacios geográficos donde nacieron, como son las soleares, las seguiriyas o las alegrías, cuyos orígenes remotos hay que buscarlos en las jotas aragonesas. Aportaciones individuales o las nuevas coreografías de las compañías flamencas permitirán que se sume a todo ello estilos aparentemente ajenos como el de la farruca, de resonancias gallegas, o nuevas coreografías nacidas de la convivencia con la danza clásica y contemporánea o con la estética del jazz, del pop y del music-hall. Desde finales del XIX, con La Macarrona y La Argentina, el baile internacionaliza al flamenco hasta llegar a fenómenos tan espectaculares como La Argentinita o Antonio Gades, entre otros muchos. Las academias se multiplican hoy desde Francia a Japón. Varios tratados intentaron definirlo y concretarlo. Pero fue inútil. El baile es un monte sin puertas.
El baile flamenco
Flamenco dancing
Flamenco: La danse
Manuela Carrasco
María Pagés
Mercedes Ruiz
Antonio El Pipa
Espectáculo "Café de Chinitas" del Ballet Nacional de España
La bailaora Lola Greco interpretando "La vida breve" de Manuel de Falla
Sara Baras
Espectáculo en homenaje al bailaor Mario Maya
Cristina Hoyos y Manolo Sanlúcar
"Imágenes". 20 años del Ballet Flamenco de Andalucía
Ballet Flamenco de Andalucía. Espectáculo "En la memoria del cante: 1922"
Bailaora en una cueva del Sacromonte de Granada
Versión flamenca de "Carmen" de la Compañía de Antonio Gades
Juan de Juan
Las bailaoras Matilde Coral e Isabel Bayón, con Miguel Poveda al fondo
El Flamenco, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Flamenco, Intangible Cultural Heritage of Humanity
Flamenco, Patrimoine Culturel Immatériel de l'humanité
El tema que acompaña la exposición se titula “Dieguito”, compuesto por Juan Diego Mateos e interpretado a la guitarra por Juan Diego; Drums: Guillermo McGill; Palmas: Macano, Keko Baldomero y Juan Diego; Percusión: Juan Peña “Chispa”; Flauta: Jorge Pardo; Coros: Marcelino Fernández. Si quiere conocer más de este artista, visite www.juandiegoguitarra.es Autoría de fotografías: Santiago Rodríguez Casado es autor de las imágenes en las que aparecen Celia Romero, el Festival Porrina de Badajoz, la Torre del Espantaperros y la Romería de los Remedios de Badajoz. Las fotografías del homenaje a Mario Maya en Granada pertenecen a Pepe Villoslada. La imagen de Paco de Lucía aparece por gentileza de Curro Sánchez y Juan José Téllez. Las fotos de Camarón de la Isla, Enrique Morente y Manolo Sanlúcar son de Carlos Arbelos—
¿Te interesa Artes escénicas?
Recibe novedades con tu Culture Weekly personalizado
¡Todo listo!
Tu primer Culture Weekly llegará esta semana.