Archaeological City of Hatra (-0200)World Monuments Fund
En parte inspirada por su hermano, oficial de la marina, Suzanne E. Bott se convirtió en consultora de planificación y patrimonio: primero para la USAID (Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional) y más tarde, tras la invasión de Irak en 2003, para el Departamento de Estado. Fue así como llegó a Mosul. Los yacimientos arqueológicos de la zona la cautivaron: Nimrud, Nínive y Hatra. Más tarde, tuvo que presenciar horrorizada como el Dáesh destruía estos lugares que tanto amaba.
Hatra (de la colección de World Monuments Fund)
¿Cómo acabaste en Irak?
Llegué en 2007 como asesora de reconstrucción. Quería hacer algo significativo para personas que necesitaran, y quisieran, mi ayuda. Cuando vi la destrucción del Museo Nacional en Bagdad que tuvo lugar durante la invasión en 2003, quedé profundamente impresionada. Nunca lo olvidé, y en cuanto tuve ocasión, me lancé. Pasé el primer año en Ramadi y en 2008 me uní al equipo de reconstrucción provincial en Mosul. Gracias a la protección militar, por primera vez en muchos años logré que representantes de la Unesco y miembros del Gobierno iraquí me acompañaran a visitar los yacimientos y evaluar su estado. Los sitios arqueológicos principales eran Asur, Nimrud, Nínive, Hatra, Khorsabad, la tumba de Nahum en Alqosh en el GRK (Gobierno Regional del Kurdistán) y varios monasterios: Mar Elia, Mar Matti y Mar Behham.
El interés por llevar a cabo el trabajo de preservación en la región respondía a una doble motivación: económica por un lado, para favorecer el turismo cuando fuera posible, y pedagógica por otro, para educar a la población iraquí sobre su patrimonio común y ayudar a cicatrizar heridas. Muchos de sus habitantes desconocían su propia historia. Me propuse como misión planificar la reapertura del Museo de Mosul, pero el Dáesh lo destruyó antes de poder llevarlo a cabo.
Ahora soy miembro asesor del grupo de trabajo para la reconstrucción de Irak (por medio de la Unesco), pero regresé de allí en 2010 con un trastorno grave de estrés postraumático (TEPT). Había visto cosas que nadie debería ver. He tenido que aprender a diferenciar lo que puedo de lo que no puedo controlar. Esto forma parte de las memorias que estoy escribiendo. Me ha impedido implicarme más activamente sobre el terreno en Irak, pero sigo participando en la formación.
NimrudWorld Monuments Fund
Nimrud (de la colección de World Monuments Fund)
En tiempos de guerra, es extremadamente difícil diferenciar los hechos de la propaganda. ¿Hasta qué punto son exactos los informes sobre la destrucción causada por el Dáesh y cuál es la magnitud del daño ocasionado?
Esa es una pregunta difícil. Durante la ocupación, los informes sobre el terreno a menudo no se podían verificar. Cada vez que teníamos noticias nunca estaba del todo claro lo que había ocurrido, a menos que hubiera un video que lo probara. Cuando vi los videos del Museo de Mosul, supe que todo se había perdido. Entonces publiqué todas mis fotos del museo en Internet. Gracias a ellas y a otras imágenes aportadas por voluntarios, Chance Coughenour (de Google Arts & Culture) y Matthew Vincent pudieron comenzar el proyecto Rekrei (anteriormente llamado Proyecto Mosul) y crear modelos 3D de las reliquias del museo.
Claro que la destrucción de Nimrud, Nabi Yunus, el Museo de Mosul y el minarete de al-Habda no dejaban lugar a dudas, y la magnitud del daño estaba clara: ya no estaban. El sitio arqueológico de Nínive es tan grande que sería difícil destruir una parte importante de toda la arqueología descubierta, pero los Lamasu (toros alados con cabeza humana) de la puerta de Nergal sí fueron destruidos.
Hubo cierta confusión sobre si las reliquias eran las originales o copias, pero la mayor parte de los objetos de mayor tamaño eran los auténticos y fueron destruidos: un Lamasu y un enorme león andante, la Estela del Banquete de Asurnasirpal II de Nimrud, bandas de bronce de las puertas de Balawat y los sarcófagos de bronce de las reinas de Nimrud.
Winged Genius (c. 883-859 BCE) de UnknownMinneapolis Institute of Art
Genio alado, Palacio Noroeste de Nimrud (de la colección del Instituto de Arte de Mineápolis, MIA)
¿Y la destrucción a manos de otras fuerzas aparte del Dáesh, como la campaña conjunta de EE. UU. e Irak para retomar los territorios? Parecía tratarse de una destrucción más amplia e indiscriminada que los ataques más específicos del autodenominado Estado Islámico.
Sí, las otras fuerzas fueron también destructivas. Un informe reciente de la periodista Jane Arraf en la cadena de radio NPR narra la terrible destrucción del núcleo histórico de Mosul por las bombas. Me recordó a aquella cita sobre la guerra del Vietnam: «Tuvimos que destruir la ciudad para salvarla». Es catastrófico. Pocos lugares del mundo han sido eliminados de forma tan sistemática.
American Schools of Oriental Research (ASOR), con el apoyo del Departamento de Estado de EE. UU., lleva varios años vigilando los sitios de interés cultural en Irak y en Siria, gracias a un programa denominado ASOR-CHI (Cultural Heritage Initiative). Han utilizado imágenes por satélite e información local sobre el terreno para verificar y catalogar los efectos de la devastación.
Pero volviendo a la destrucción de Nimrud a manos del Dáesh. Pregunté a un oficial del ejército estadounidense que por qué no estábamos protegiendo Nimrud, cuando hubiera sido fácil hacerlo. Me contestó que los iraquíes no habían solicitado a las fuerzas de EE. UU. que lo hiciesen. Pero los iraquíes tampoco invitaron a participar al ejército estadounidense en un primer momento. ¿Tanto les hubiera costado salvar sitios declarados (o declarados «provisionalmente») Patrimonio Mundial? Las peticiones al ejército iraquí y estadounidense de no destruir la ciudad vieja de Mosul no fueron escuchadas, dada la importancia de eliminar al autodenominado Estado Islámico. Pero yo también soy de la opinión de que en 2010 dejamos Irak en una terrible situación económica y política, lo que fue causa directa del auge del Dáesh.
NimrudWorld Monuments Fund
Nimrud (de la colección de World Monuments Fund)
¿Hasta qué punto el afán destructivo del Dáesh se originaba en su doctrina? ¿En qué medida respondía también a fines propagandísticos o de limpieza cultural y genocidio, como expulsar a los yazidíes? ¿Se están reuniendo pruebas que demuestren crímenes culturales?
Una excelente pregunta. No sé si alguien habrá hecho una valoración formal de los distintos motivos y en qué proporción estos influyeron en sus acciones. La destrucción de los yazidíes fue, desde luego, limpieza étnica. Creo que los peshmerga lograron proteger el centro de su fe en Lalish. Sin embargo, Sinyar está en las últimas. Hay familias, niños, ancianos y enfermos que continúan viviendo en la montaña, en las mismas tiendas que recibieron hace cuatro años, y están perdiendo su protección a causa de la situación política en el norte de Irak. La destrucción cultural es lo de menos.
Ancient City of Hatra (-0200) de Multi-National Corps Iraq Public AffairsWorld Monuments Fund
Antigua ciudad de Hatra (de la colección de World Monuments Fund)
¿Se ha puesto en marcha algún esfuerzo coordinado para recuperar el patrimonio que dé prioridad a su reconstrucción y restauración?
No que yo sepa. La Unesco ha asumido el liderazgo en este sentido, pero existe un duelo de fuerzas entre intereses y prioridades enfrentados que compiten por unos fondos limitados. Los representantes locales quieren reconstruir el patrimonio, pero carecen de recursos, ni siquiera se han podido limpiar los escombros tras las batallas. Pero, por otro lado, se habla de proyectos urbanísticos financiados en el extranjero para construir torres de apartamentos al estilo de Dubái en las orillas del Tigris, cuando se podría reproducir el aspecto de la ciudad vieja de Mosul en la orilla oeste. Por otra parte, la magnitud del daño es tal que hay muy poco que se pueda restaurar. Habrá que reconstruir. El nuevo director de la Unesco en Erbil parece que está supervisando una planificación general, pero de momento no existen fondos para llevarla a cabo.
Siempre digo que nunca volveré a Irak, y a continuación pienso que volvería al instante. Mosul tiene algo especial. El Museo de Mosul tiene que reabrir y educar a los niños sobre su patrimonio común, para que puedan forjar un sentimiento de arraigo y orgullo. Hay quien dice que las diferencias culturales entre las regiones son demasiado profundas. Yo pienso que la historia es uno de los mejores recursos que tenemos para poder establecer un nuevo panorama de paz y grandeza en la región.
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