Urbex

Aunque la historia de la exploración urbana es bastante reciente (aproximadamente dos siglos), sus orígenes se remontan al 3 de noviembre de 1793, cuando un legendario "explorador" de las catacumbas de París, Philibert Aspairt, se hizo famoso por su muerte. prematuro en esa vasta red de túneles subterráneos en los que se había perdido.

Incluso esta pregunta no se puede responder con certeza, urbex es muchas cosas e incluso nada. Cada uno de nosotros se ha detenido frente a una gran y suntuosa villa o un edificio histórico, preguntándose por qué tanta belleza se ve abrumada por una vegetación incontrolada y una degradación tan tangible que nos desgarra los ojos. A lo largo de los años, el urbanismo ha ido incorporando una variante tanto social como política, ya que esta iniciativa, cambiando con el tiempo, se ha convertido en un compromiso concreto para denunciar, salvaguardar y proteger los lugares urbanos abandonados, rescatandolos de la inevitable decadencia. Esta práctica, al no estar codificada, es ejercida por exploradores o "urbexers" de diferentes formas y con distintas reglas, pero en general se puede decir que existe una regla válida a nivel mundial que es la del respeto a los lugares visitados, regla que se traduce en el lema " tomar solo fotografías y dejar solo huellas ". Muchos fanáticos de esta temática intentan potenciar estos entornos y proponerlos a las plataformas de medios para dar a conocer las maravillas perdidas de sus países y también realizando proyectos de sensibilización y captación de fondos, a través de las herramientas de difusión y comunicación que tenemos hoy en día en la mayoría.

Es amor por lo desconocido y lo que logra capturar un objetivo y el ojo humano. Con este espíritu, algunos grupos han llegado hasta uno de los lugares emblemáticos de la arqueología urbana: Pryp'jat, o más bien la dramática historia de la ciudad construida a las puertas de la central nuclear de Chernobyl, que se dio a conocer gracias a la miniserie homónima de HBO de 2019, que muestra el trasfondo de un hecho que marcó a toda Europa con gran precisión histórica. Italia, como todos los italianos saben, está llena hasta los topes de maravillas artísticas y arquitectónicas. Muchos de ellos quedan abandonados y abandonados, convirtiéndose en famosos destinos urbex, como palacios nobles, conventos del siglo XVI y residencias de campo con frescos y decorados. Perlas de absoluta belleza de nuestro patrimonio cultural, olvidados y abandonados y abandonados, lugares que aún logran emocionar, asombrar y asombrar y que renacen gracias a la fotografía o el rodaje.

A partir de esta actividad, cada vez más practicada, también pueden surgir oportunidades para denunciar la situación actual de degradación en la que se encuentran grandes extensiones del territorio. En este punto debemos preguntarnos qué impulsa a personas de todos los ámbitos de la vida y edades a aventurarse en estos edificios abandonados. Una primera respuesta se puede resumir bajo el título del síndrome de "Indiana Jones" que en nuestra época, donde todo está conectado y concedido a un clic de distancia, se ha acentuado por la falta de misterio, el gusto por el descubrimiento y el asombro.

Érase una vez viajamos para satisfacer esta necesidad, los más atrevidos incluso partieron sin rumbo fijo en sus exploraciones, pero ahora con los satélites conocemos cada centímetro del mundo, por eso aquí el interés se vuelve hacia el territorio cercano a casa, aquí está esa vieja fábrica que para muchos es sinónimo de decadencia y abandono, para otros se convierte en el medio de satisfacer la sed de misterio. Exploras por la adrenalina y el encanto de sumergirte en el enigma de un lugar desconocido, incluso si se tratara de una simple casa de campo. También exploramos por qué la decadencia tiene su propio encanto, como los frescos antiguos que aún se pueden vislumbrar en las paredes de esa antigua villa, en iglesias donde uno se pregunta qué pasó con la religión.

En los lugares abandonados hay tranquilidad, que es también la condición imprescindible de muchas buenas fotografías, que por tanto se convierten en herramientas de la memoria, para mantener vivos lugares olvidados que quizás en el futuro serán demolidos o colapsados ​​por sí mismos. En el ámbito urbex, la fotografía también se convierte en un medio de expresión artística, ya que al final todos somos hijos del Ready Made y el Pop Art, que nos han enseñado a concebir el concepto de obra de arte de una manera diferente, dando también la posibilidad a la maquinaria oxidada. de una vieja fábrica, a fotografías en serie en color o cortes nítidos en un lienzo, para volverse inmortal. Finalmente, para muchos, explorar es un acto de salvaguarda de la memoria y el pasado, una forma de reconstruir y difundir la historia de lugares que han sido importantes para determinadas comunidades. Por lo tanto atándolos firmemente al lugar donde fueron construidos.

Otro aspecto digno de mención y básicamente hay dos razones: es más seguro explorar en grupo y no solo, esto se debe a que los edificios abandonados pueden ser peligrosos desde un punto de vista estructural y que reúnen todas las ideas comunes, para enfocarse en crear una unión que facilite la búsqueda de lugares para explorar. a través del paso de información. Todo ello contribuirá a hacer de urbex probablemente una corriente artística contemporánea, ya que sus pretextos y principios están en consonancia con todo lo que vale la pena preservar y transmitir, según el sentido de la responsabilidad común, que todo amante de las formas artísticas considera imprescindible. .

A veces sucede encontrar obras maestras de arte de particular valor en las villas abandonadas.