Paisaje dominado por una gran peña, en la que destaca la figura de una campesina que se adentra en el bosque llevando a un niño pequeño de la mano. En el río, abrevan unas vacas, vigiladas por un vaquero.
El autor, nacido en Bruselas, es el introductor en España del realismo paisajístico de la segunda mitad del siglo XIX. Su influencia caló en los pintores del momento y desde su cátedra de la Academia de San Fernando, dejó numerosos discípulos. Abandona los criterios del paisaje romántico de carácter escenográfico y comienza a pintar al aire libre, representando lo que está viendo con meticulosidad. Su pincelada es delicada y precisa; utiliza colores intensos con cielos de gran luminosidad.
Como pintor al aire libre, realizó gran cantidad de lienzos de paisajes aragoneses, destacando una serie sobre el Monasterio de Piedra.