Para esta composición Barbasán recurrió a una fotografía en la que él y sus hermanos teatralizaban un pasaje de la vida de Joseph hijo de Jacob en la cárcel. Según la narración del Génesis (capítulo 40), estando como esclavo en la Corte del Faraón y terminando injustamente en la cárcel coincide con dos siervos más. La pintura evoca el momento en el que José interpreta los sueños de éstos, prediciendo que en tres días el copero sería liberado mientras que el panadero hallaría la muerte.
Gracias a esta obra Barbasán fue pensionado en 1889 por la Diputación Provincial de Zaragoza para ampliar sus estudios de pintura en la Academia Española de Roma. Es esta una pintura de sereno dibujo y sencilla composición, sin embargo destaca su calidad colorista de pincelada corta, casi impresionista.
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