CO-2013
Gradis, Ana. [Carta] 1955 feb. 18, Buenos Aires [para]
Candido Portinari, Rio de Janeiro, RJ. [espanhol][datilografado]
Muy estimado Sr. Portinari:
Me atrevo a escribirle confiando en que Ud. no interprete como impertinencia estas líneas, sino como la expresión de inmensos deseos de trabajar y aprender al lado de un artista admirado y respetado como Ud., conceptuado como una de las figuras máximas en el campo de la pintura actual.
Por un noticioso radiotelefónico me he enterado que va Ud. a realizar un panel en el edificio de las Naciones Unidas en New York, donde estoy segura ha de realizar otra de sus magníficas obras, algunas de las cuales tuve la suerte de admirar personalmente.
He pensado que para su trabajo para las Naciones Unidas podría necesitar colaboradores y deseo ofrecerle mis servicios. Soy pintora, de 24 años de edad, egresada de las Escuelas de Bellas Artes de Buenos Aires e hice estudios y práctica de fresco en la Ecole de
Beaux Arts de Paris con el sr. Ducos de la Haille, discípulo de Paul Boudouin. Actualmente colaboro preparando los morteros y ayudando en color al sr. Raúl Soldi, para la decoración de una capilla en Glew, en las afueras de Buenos Aires.
Ud. seguramente desconfiará no tanto de mi capacidad artística sino de mi fuerza física para semejante trabajo, pero le aseguro que poseo la resistencia necesaria para ello. Estoy segura que el sr. Soldi no tendrá inconveniente en atestiguar mi capacidad si Ud. lo deseare. Asimismo le adjunto algunas fotografías de mis propios trabajos en
París, desde el boceto hasta el fresco en si, hechos en 1954. No los juzgue demasiado severamente.
En el caso de recibir el honor de su consentimiento aceptando mi colaboración, no me será difícil reunir los medios para llegar a New York en la fecha que Ud. considere conveniente. Si durante mi trabajo allí pudiera recibir una pequeña ayuda para alimentos, sería generoso, pero sino, veré la forma de organizarme pues tengo amigos de mi familia residentes allí.
Espero que haya leído Ud. estas líneas hasta el final y que no le parezcan ni demasiado atrevida ni ridículas. No puede Ud. imaginarse con que emoción he escrito esta carta y las esperanzas que deposito en un respuesta favorable suya.
Queda de Ud. con admiración y afecto
Ana Gradis
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