Modelo de atarazana construido en el Arsenal de La Habana, Cuba, hacia 1740. En una época en la que los barcos no se hacían con planos, las atarazanas solían tener unos modelos tridimensionales que les servían de guía para la construcción de los barcos a tamaño natural. En este caso, probablemente sirvió de guía para la construcción de los navíos San Carlos, San Luís y San Fernando, botados entre 1765 y 1767 en La Habana. Este modelo tuvo una historia viajera. De La Habana pasó a Cartagena y luego a Ferrol. En 1808, un oficial del ejército napoleónico se lo llevó a Francia. Se sabe que durante la Primera Guerra Mundial fue a parar a los Estados Unidos, hasta que finalmente, en 1985, el New Bedford Whaling Museum lo donó al Museu Marítim de Barcelona.
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