Goya realizó siete retratos en miniatura sobre planchas de cobre en formato circular con motivo de la boda, el 5 de julio de 1805, de su hijo Francisco Javier con Gumersinda Goicoechea. Además de este retrato de la novia realizó los de los padres de Gumersinda, las tres hermanas de ésta y el novio e hijo de Goya, Javier Goya. Los retratos están realizados en unas delgadas láminas de cobre cubiertas con una gruesa capa de preparación de color marrón rojizo que sirve para acentuar las sombras más oscuras. A pesar de su pequeño tamaño están realizadas con una gran soltura y precisión revelando su destreza y buena técnica.