Retrato oficial del rey realizado una vez concluida la Guerra de la Independencia, cuando Fernando VII regresa a España. Esta pintura junto con la del Duque de San Carlos, fueron encargadas al pintor por la Junta del Canal Imperial de Aragón y se colocaron en la Casa del Canal, en la Plaza Santa Cruz de Zaragoza. Se trata de uno de los mejores retratos del monarca, en el que sobre su traje oscuro y manto rojo con piel de armiño, destacan la banda de caballero de la Real Orden de Carlos III y el collar del Toisón de Oro. Goya logra captar la personalidad del rey reflejando en su rostro el carácter desconfiado y adusto que le caracterizaba. Es un depósito de la Confederación Hidrográfica del Ebro.