Díptico de dos hojas dividido en 24 casillas donde se guardan 24 reliquias de Cristo, la Virgen y algunos santos. La tradición siempre le ha identificado como el altar portátil que utilizó Jaume I durante la conquista de la Isla en 1229. Sin embargo, los añadidos que presenta son más propios de 1300. Se sabe que en el siglo XVI se exponía en el altar mayor. Hay algunos detalles que también están presentes en obras contemporáneas de Montpellier, lo que hace pensar que la obra fue realizada en los prestigiosos talleres de esta ciudad del reino de Mallorca. Probablemente, es la obra más antigua que se conserva en el tesoro de la Catedral.