Escena puramente impresionista protagonizada por tres figuras femeninas situadas en el centro de la composición, con vestimentas rurales para el trabajo de campo del siglo XIX y principios del siglo XX. Las tres jóvenes se encuentran posando, como si de una captura fotográfica se tratase, en un entorno con luminosos tonos verdes que representan el prado y, lo que parece ser, una cuadra en último plano con varias gallinas delante.
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