A finales del siglo XVI, el canónigo Jeroni Garau donó un conjunto de doce tapices a la Catedral de Mallorca. Los adquirió en Roma a mediados del siglo XVI y, probablemente, fueron tejidos en talleres de Bruselas. De los doce tapices, once son de temática religiosa y uno temática profana. Representan tres series de iconografía bíblica: la historia de Nabucodonosor, la historia de Jacob y la historia de Tobías.
Este tapiz presenta varias escenas. La principal representa el encuentro y beso entre los dos primos, Jacob y Raquel. La precede la escena de los pastores en torno al pozo donde Raquel daba de beber al rebaño, con Jacob desplazando la piedra del pozo. A la derecha, se representa el saludo entre Jacob y su tío Labán, padre de Raquel, quien acoge a Jacob en su casa. Las figuras alegóricas son Pianotus y Adnuntatio.
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