La pieza procede del Real Monasterio de Santa Engracia de Zaragoza, de la capilla funeraria del canciller flamenco Jean Sauvage, fallecido en Zaragoza en 1518. Se trata de una escultura de niño o ángel tenante semidesnudo de pie, mutilado y sin cabeza que se apoya y muestra el escudo heráldico del rey Carlos I, blasón representado con la estética heráldica típica aragonesa de la época.