Una boda en 1830

La escena representa la boda de una joven pareja. El primer plano lo ocupan los contrayentes, que unen sus manos en el centro de la composición. Ella con la tez muy pálida y vestida con un vaporoso traje de novia de blanco inmaculado, encarna a la perfección el ideal de belleza femenino de la época. Su mirada baja enfatiza la actitud sumisa, en contraposición a la figura del novio, que dirige la mirada hacia ella con gesto protector. Él viste levita oscura, a juego con el lazo negro y camisa de impoluto blanco, animando la sobria figura una cadena leontina y el pomo del bastón en oro. En segundo plano, en el centro de la imagen, aparece un sacerdote ataviado con roquete y solideo, leyendo un misal. A cada lado de la pareja, un hombre y una mujer, posiblemente los padrinos, contemplan atentamente la ceremonia.
Vemos en esta obra cómo al margen del matrimonio de conveniencia, todavía muy común durante la era decimonónica, prevalecía el ideal de matrimonio por amor, donde prima el privilegio de poder escoger por uno mismo, marido o mujer.
La autoría de este lienzo ha sido bastante discutida, si bien, Luis Quesada y Ana María Arias de Cossio, entre otros investigadores, lo sitúan en la etapa sevillana de Gutiérrez de la Vega, antes de su traslado a Madrid en 1831. Asimismo, hay que indicar que existen varias versiones de este cuadro, al igual que se ha expuesto que el personaje del novio podría hacer referencia a Gustavo Adolfo Bécquer o al mismo Gutiérrez de la Vega. Estudios recientes, basados en la cronología del lienzo, desdicen estas hipótesis. Sabemos que el nacimiento del poeta Gustavo Adolfo Bécquer acaeció en 1836, por lo tanto se descarta la teoría de un retrato de su enlace con Casta Esteban que tuvo lugar en 1861. Por otro lado, hay que indicar que la figura del novio sí guarda ciertos paralelismos con el retrato de Gutiérrez de la Vega, realizado por Esquivel y conservado en el Museo del Romanticismo (Inv. CE1278). Sin embargo, éste contrajo matrimonio con Josefa López en 1813, por lo tanto esta otra hipótesis no sería plausible, ni por fechas ni por los rasgos de la novia, que no guardan similitud con la obra custodiada en el Museo del Romanticismo (Inv. CE7308) de la mujer del pintor.