Abuelo (Grandfather)

Para Antonio Pichillá, la manera de abordar el objeto desde la cual el arte moderno occidental reinterpretaría la obra de arte carece de las dimensiones espirituales y poéticas que conectan arte y objeto en la cultura maya. Según el artista guatemalteco, es en el propio lenguaje donde se hacen más evidentes las diferentes miradas y formas de conocimiento que han marcado el desencuentro de ambas culturas. Por ejemplo, la palabra que en la lengua maya más se acerca al significado de la palabra “arte” se traduciría en español como “sagrado”. La obra de Pichillá se inserta y se distancia a la vez de la tradición de la abstracción, ya que se asocia más bien a los textiles y diseños de sus padres, quienes le enseñaron las tradiciones artesanales indígenas que se han ido transmitiendo de generación en generación. Su acercamiento poético y minimalista a los materiales revela su interés en el lenguaje simbólico de la cosmovisión maya, al tiempo que pone de relieve la estética racionalista y deshumanizante del arte y el diseño abstracto occidental. Usando hilos y nudos para cubrir o envolver marcos y lienzos, el artista produce espacios que han sido constituidos por experiencias de conectividad y tensión, brindando así una serie de metáforas que reinterpretan las nociones de legado e influencia. En “Abuelo”, el artista rinde homenaje a sus antepasados al anclar su práctica artística contemporánea en la cultura maya.