El 12 de octubre de 1492 las tres naves de Cristóbal Colón recalaron en las costas de las Indias Occidentales. Según el Diario de Colón, autógrafo de Fray Bartolomé de las Casas, “a las dos horas después de media noche pareció la tierra, de la qual estarían dos leguas amaynaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande, sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes que llegaron a un ysleta de los lucayos, que se llamaba en lengua de yndios Guanahani. Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada y Martín Alonso Pinzón y Vicente Anes, su hermano, que era capitán de la Niña...”.
Este lienzo muestra esta escena si bien ni los cascos ni las arboladuras de las embarcaciones representadas responden a la arquitectura naval de finales del siglo XV. Durante el siglo XIX la pintura de historia fue uno de los géneros más cultivados por los pintores de la época. Esta gran producción puede dividirse en dos etapas: una primera donde los episodios relacionados con la historia moderna de España fueron los protagonistas, y una segunda donde la historia más reciente comenzó a aparecer en los lienzos. Los episodios relacionados con el descubrimiento de América, Cristóbal Colón y los Reyes Católicos fueron algunos de los más populares durante la época.
Esta obra en concreto fue realizada por Antonio Brugada Vila en 1856. Este pintor de origen madrileño y formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se dedicó al género del paisaje, muy especialmente a las marinas. Fue pintor de cámara de la reina Isabel II y sus obras alcanzaron menciones en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Amigo de Francisco de Goya, al que conoció en Burdeos, Brugada fue quien realizó el inventario de los cuadros de la Quinta del Sordo a petición del hijo del propio Goya tras la muerte de éste.
El óleo – pareja de otro propiedad del Patrimonio Nacional, depositado en el Palacio Real – fue depositado por el autor en el Museo Naval e ingresó el 3 de agosto de 1856. Brugada lo donó en 1858.