Figuras brujeriles, siniestras y retorcidas rodean la mesa y vuelan en el cielo negro. En el suelo hay un globo terráqueo y libros esparcidos por doquier, como símbolo del desprecio por la sabiduría y el ansia de dinero, que parece ser el significado de la alegoría. Esta obra es un ejemplo elocuente de la manera profundamente personal en que este artista interpretó el universo de Goya.