Escultura de autor desconocido, que se inspira en modelos de la estatuaria clásica griega, pero a la vez incorpora detalles que la alejan del mundo clásico. Entre otros la posición cruzada de las piernas o la sonrisa insinuada, no tratados en escultura con anterioridad a finales del siglo XIX. La proporción del soporte en relación a la figura es otro elemento distintivo y es justamente en el soporte donde el escultor introdujo una mezcla de elementos marinos, como olas, caracoles, peces y conchas, además de flores y hojas de helecho, elementos simbólicos que muestran la aportación libre, creativa y personal del autor.
El resultado puede sugerir una renovación del tema del nacimiento de Venus. Pero el título con el que se la conoce actualmente, posiblemente responde al contexto cultural de principios del siglo XX, cuando algunas reclamaciones identitarias en Francia, Italia y Cataluña proponen volver a los orígenes y recuperar el sentido mediterráneo de nuestra cultura.