Josep Sala LLorens (1928-2010) Desde muy joven, el artista mostró una gran pasión por el arte. A pesar de que sus padres le instaron a estudiar en la Escuela Industrial, su gran interés por el arte le llevó a la Escuela de la Lonja de Artes y Oficios de Barcelona. Trabajó en el taller de Ricard Fàbregas, pintor, cartelista e ilustrador. En 1947, tras la muerte de su maestro, cuando tenía 41 años, se fue a estudiar aerografía en el estudio del especialista Barba. En 1978 tomó la decisión de mudarse a Altafulla permanentemente y abandonar su carrera de publicidad en Barcelona para dedicarse exclusivamente a la pintura. Nunca se arrepintió de esto. Comenzó a exponer en toda la península Ibérica y también en galerías de Florida, en los Estados Unidos, así como en Japón, Francia, Bruselas, Braga… La profesión es la formación propia, es una escuela en sí misma, es la estructura que apoyará al artista cuando quiera superar sus propios límites. Sala es un hombre profesional, con una fuerza de voluntad de hierro, que ha ejercido extendidamente y por la que ha sido reconocido. Una vez se demostró esto, todo lo que salió de su paleta fue de interés, fue prueba de la evidencia del diálogo armónico entre los factores naturales: Sala descubrió el paisaje y el paisaje había estado esperándolo hasta ese momento. El éxito profesional le acompañaba dondequiera que fuera. En 1983 fue nombrado oficialmente el primer hijo adoptivo de Altafulla.