Este nombre tan singular de Maestro de las Figuras Anémicas fue dado por el historiador del arte Chandler Post «...debido a sus tipos sin sangre, tan faltos de valores táctiles...», que muestran los rostros de las figuras representadas en los retablos conservados de este pintor. Este retablo de Sant Martí Sescorts fue uno de los primeros que entró a formar parte de los fondos del Museo a finales del siglo XIX. Provenía de la colección de Santiago Rusiñol que tanta relación tuvo después con mosén Gudiol, especialmente debido a la mutua afición a coleccionar hierro forjado catalán. La obra de este artista anónimo es coetánea de la de Lluís Borrassà, del que recibió influencia. Se caracteriza por la utilización de unas fórmulas estilísticas de raíz popular que se evidencian por el uso recurrente de la línea negra a la hora de perfilar más fácilmente el volumen de las figuras. El retablo está dedicado a san Martín, patrón de esta iglesia del término de L'Esquirol, y en él se representan escenas de su vida y martirio, de entre las que sobresale el episodio de la bacanal de los soldados de la ciudad de Poitiers, que había sido organizada por los habitantes de la ciudad de Tours para recuperar el cuerpo muerto de su santo obispo. La otra obra más conocida de este maestro es el retablo de santa Úrsula de la iglesia de Sant Miquel de Cardona, del que el Museo Episcopal conserva uno de los compartimentos expuesto actualmente al lado del retablo de san Martín. Debido a la procedencia de las obras conservadas, mayoritariamente de Osona y el Bages, es de suponer que este pintor debió de tener su taller en una ciudad intermedia de la Cataluña central.