Retablo dedicado a la Virgen

En 1481 el pintor Francesc Solives, con taller establecido en la ciudad de Tarragona, firmó el contrato para la realización de este retablo destinado al santuario de la Mare de Déu de la Bovera. La escena más importante del retablo es la que describe el momento en que se encuentra la imagen de la Virgen. Está situada en el centro del retablo en la parte superior debajo del Calvario. Muestra la procesión del pueblo con el obispo y dos clérigos que sostienen un gremial en el momento en que llegan ante el árbol en cuyo interior aparece la imagen de la Virgen que dará nombre al santuario. Estilística e iconográficamente está próximo al retablo de la Santa Duda de Ivorra, conservado en el Museu Diocesà i Comarcal de Solsona. La caracterización de los rostros de los personajes, así como la desaparición de los fondos dorados, pone de manifiesto la influencia definitiva que ejerció Jaume Huguet en la pintura catalana de la segunda mitad del siglo XV, si bien en el caso de este retablo Francesc Solives demuestra un dominio escaso del arte del dibujo, por lo que parece que se trata de una obra realizada básicamente por colaboradores de su taller.