Ramon de Mur fue el principal pintor representante del primer gótico internacional de la escuela de Tarragona, y estuvo activo a lo largo de las tres primeras décadas del siglo XV. Desde su taller establecido en Tàrrega realizó numerosas obras en las comarcas de Urgell, Segarra, Conca de Barberà y Les Garrigues. Su obra conservada más importante que se conoce es este gran retablo de Santa Maria de Guimerà encargado por los prohombres de esta población, seguramente hacia 1402 y no acabado hasta 1412, fecha en que se sabe que se colocó definitivamente en el altar mayor de la iglesia. Las doce únicas tablas conservadas de este retablo ingresaron en el Museu Episcopal de Vic a finales del siglo XIX procedentes directamente de la iglesia de Guimerà. Las dimensiones de este retablo, según la hipótesis de Alcolea y Gudiol, junto con las otras tablas perdidas, debían de ser aproximadamente de siete metros y medio de altura y cinco metros de anchura. La construcción del nuevo edificio del Museo ha permitido reservar un espacio especial para su instalación. Para poder disfrutar de una mejor visión de los compartimentos superiores, se ha optado por desplazar la tabla con las escenas de la Aparición de la Virgen a santo Tomás y la Santa Cena al lado izquierdo de la composición general. Los veintitrés compartimentos conservados en el Museo representan escenas del antiguo testamento y del nuevo testamento desde la creación de Adán hasta la ascensión de Cristo. El estilo de Ramon de Mur, al igual que el de los demás pintores de esta primera etapa del gótico internacional, se caracteriza por el uso de una gama de colores muy rica y contrastada. El hecho de tener el taller alejado de los grandes centros de producción permitió al artista crear unas composiciones escénicas muy originales e imaginativas buscando muchas veces su inspiración en el subconsciente de raíz popular. Son especialmente singulares las escenas del paso del mar Rojo, del Juicio Final y del Descendimiento de Cristo al Limbo donde los bienaventurados salen de la boca de un monstruo infernal que enmarca la escena. Además de este retablo el Museo conserva tres obras más del artista, de entre las que destacan los compartimentos de una predela proveniente de Glorieta (Passanant, Conca de Barberà), con las figuras de medio cuerpo de san Juan Evangelista, san Luciano y santa Bárbara, que se exponen al lado del gran retablo de Guimerà.
¿Te interesa Visual arts?
Recibe novedades con tu Culture Weekly personalizado
¡Todo listo!
Tu primer Culture Weekly llegará esta semana.